Pintar un pavimento no es solo cuestión de elegir una buena pintura. Para que el acabado sea duradero, funcional y estético, es imprescindible una preparación correcta del soporte. Y el primer paso siempre es el mismo:
identificar las patologías del pavimento, que tendrán que corregirse tras el tratamiento mecánico de la superficie.
Tanto si se trata de
pavimentos de asfalto como de hormigón, estas son las principales patologías que debes tener en cuenta antes de aplicar cualquier recubrimiento.
1. Fisuras y grietas
Las fisuras por retracción, fatiga o térmicas son frecuentes en suelos de hormigón o asfalto. Si no se tratan adecuadamente, terminan filtrando agua y provocando el levantamiento prematuro de la pintura.
¿Qué hacer?
- Sellar con masillas técnicas o lechadas, según el tipo y magnitud.
- Si son fisuras activas (que varían de tamaño), se recomienda usar selladores elásticos para permitir cierta deformación sin romperse.
- En cuanto a las juntas de dilatación, es esencial re-abrirlas una vez el sistema esté terminado y seco.
2. Falta de nivelación: desniveles, ondulaciones o encharcamientos
Una superficie irregular no solo afecta al acabado estético, sino también a la
adherencia, durabilidad y funcionalidad de la pintura.
Problemas que puede causar:
- Formación de charcos, que aceleran el deterioro del recubrimiento.
- Dificultad para conseguir una aplicación uniforme.
- Pérdida de visibilidad y adherencia en señalización horizontal (pasos de peatones, líneas de seguridad…).
- Acabados estéticamente irregulares en superficies decorativas o industriales.
¿Qué hacer?
Usar pasta niveladora o mortero autonivelante, que rellena huecos y crea una superficie uniforme. Alternativamente, para reparaciones más pequeñas, puedes utilizar mortero de reparación o masilla de reparación.
3. Desgaste superficial
En pavimentos
pulidos o con pérdida de rugosidad, especialmente en hormigón, la pintura no se ancla correctamente.
¿La solución?
- Tratar mecánicamente la superficie. Dependiendo del estado de la misma, habrá que elegir el sistema más adecuado (desde un lijado para una erosión superficial hasta un fresado - la opción más potente - para la reparación total del pavimento.
4. Manchas de grasa, aceite o productos químicos
Uno de los grandes enemigos del pintado industrial. Estas sustancias actúan como barreras entre la pintura y el soporte, impidiendo su adherencia.
¿Qué hacer?
- Eliminar con desengrasantes específicos o mediante limpieza a presión.
- Asegurarse de que no queden restos antes de aplicar la imprimación.
5. Presencia de humedad
Un pavimento aparentemente seco puede contener
humedad residual (por capilaridad o filtraciones) que generará
ampollas, desprendimientos o falta de adherencia.
Claves para evitarlo:
- Medir la humedad antes de aplicar cualquier producto. NUNCA aplicar una pintura o imprimación si la humedad es mayor al 4%.
- Asegurarse de que la superficie esté completamente seca.
6. Eflorescencias o sales
Frecuentes en pavimentos de
hormigón, las sales afloran a la superficie en forma de polvo blanquecino y afectan gravemente a la adherencia.
¿Qué hacer?
- Cepillar o lavar la superficie antes de pintar.
- Usar productos adecuados para neutralizar la eflorescencia.
7. Superficie suelta o arenosa
Pavimentos envejecidos, ya sean de asfalto o de hormigón, pueden presentar partículas sueltas que deben eliminarse antes de pintar.
Soluciones habituales:
- Barrido, aspirado industrial o limpieza a presión para dejar la superficie limpia y estable.
8. Antiguas capas de pintura mal adheridas
Pintar sobre una capa anterior sin adherencia es uno de los errores más comunes… y más costosos.
¿Cómo solucionarlo?
- Eliminar completamente las capas mal adheridas mediante lijado, diamantado, granallado o fresado, según el tipo de soporte y pintura previa.

Detectar y corregir correctamente las
patologías de un pavimento es un paso fundamental para garantizar la calidad del acabado. Solo una superficie bien tratada permitirá que la pintura cumpla su función: proteger, señalizar o decorar de forma duradera.
Desde Pinturas JUNO te ayudamos en la preparación de la superficie, fase clave para el éxito del pintado de un pavimento continuo. Y para ello, es fundamental evaluar y tratar las patologías presentes en el pavimento.
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