1. Humedad: el enemigo invisible
La mayoría de los garajes se encuentran bajo tierra o en plantas bajas, por lo que la presencia de humedad en el soporte es habitual. Y esto es un problema serio: si no se trata adecuadamente, puede provocar ampollamiento osmótico, es decir, la formación de burbujas en la pintura por la presión del vapor de agua atrapado en el soporte.
Por ello, es imprescindible medir la humedad del pavimento antes de actuar sobre él. Nunca debe pintarse un pavimento si la humedad es superior al 4%.
Además, existen productos específicos que bloquean el paso de humedad desde el subsuelo. Se trata de tratamientos barrera especialmente formulados que ayudan a garantizar la adherencia y durabilidad.
Actuar sobre la humedad antes de pintar es clave para garantizar la durabilidad y resistencia del sistema de pavimento continuo que se aplique. En Pinturas JUNO contamos con un servicio de prescripción técnica que evalúa el estado del soporte y recomienda los productos más adecuados para asegurar el éxito del proyecto. Recuerda siempre que la correcta preparación de la superficie a la hora de pintar un pavimento es fundamental.
2. Contaminación por hidrocarburos y manchas de grasa o caucho
Los garajes y parkings acumulan inevitablemente pequeñas fugas de gasolina, gasoil o aceites. Estos residuos contaminan la superficie incluso en capas inferiores, afectando a la adherencia de la pintura, provocando manchas y comprometiendo la durabilidad del sistema.
Por eso, es imprescindible realizar una limpieza profunda y eliminar todo resto contaminante antes de aplicar cualquier producto.
Concretamente, es necesario limpiar con agua a presión y detergente, y dejar secar completamente antes de continuar. Si el soporte no estaba pintado previamente, se debe imprimar para garantizar la calidad del acabado final, sellando la superficie con una pintura que actúe como capa barrera para evitar que las manchas reaparezcan.
La limpieza debe ser profunda y minuciosa, ya que los contaminantes no eliminados pueden aflorar tras el pintado, comprometiendo la adherencia y el acabado del sistema.
3. Nivelación y planimetría
En espacios amplios, como parkings o garajes, es habitual que el suelo no esté completamente nivelado, algo necesario para la aplicación correcta de un pavimento continuo. La falta de nivelación es un problema: el agua estancada degrada rápidamente la pintura, genera desconchados y afecta a la seguridad.
Antes de pintar, asegúrate de que el suelo está nivelado. Si hay pendientes o depresiones, corrígelas con morteros autonivelantes y asegúrate de que la superficie es continua y regular para facilitar la aplicación del sistema y garantizar un acabado final de calidad. Recuerda también que existen sistemas autonivelantes que se hacen con resina mezclada con árido, como nuestro sistema autonivelante Pavimyc HB.
4. Tipo y estado del soporte
No todos los suelos de garaje son iguales. Puede ser un hormigón nuevo, un soporte cementoso envejecido o una superficie ya pintada anteriormente.
Es fundamental identificar el tipo de soporte y su estado para aplicar el tratamiento correcto:
- Si hay pintura antigua, hay que retirarla completamente hasta dejar la superficie porosa. Depende de su estado, será necesaria una preparación mecánica más invasiva: desde un diamantado, a un granallado o fresado.
- Si es una base nueva o lisa, deberá abrirse el poro mediante lijado o diamantado, soluciones menos invasivas.
